Octubre 7, 2020: 1 Emoción, 3 Frases y 1 Reflexión
¡Hola! Bienvenid@ a una edición más de 1*3*1.
Por cierto, si recibes este email porque alguien más te lo envió, puedes suscribirte gratis haciendo clic aquí:
Y ahora si, aquí tienes 1 Emoción, 3 Frases y 1 Reflexión para considerar esta semana.
UNA EMOCIÓN:
Hay una emoción muy complicada de escribir y pronunciar: mauerbauertraurigkeit, una palabra alemana cuya traducción literal es "dolor del constructor de muros" y aunque la palabra es extraña, seguro su significado no lo es tanto:
Mauerbauertraurigkeit, llamémosla solo mauer, es: "La inexplicable necesidad de alejar a la gente, incluso a los amigos cercanos que realmente te agradan, como si de repente todas tus papilas gustativas sociales se entumecieran, dejándote incapaz de distinguir la cortesía barata del sabor del afecto genuino..."
Curiosa y paradójicamente, esta necesidad de aislarse y alejar a los seres queridos se presenta con más frecuencia entre quienes padecen depresión, es como si de alguna manera, el depresivo intuyera que apartarse del mundo le hará bien, pero por desgracia ocurre todo lo contrario, por eso el experto en Depresión, Andrew Solomon escribe:
"...los parientes o amigos de las personas deprimidas, que a menudo me preguntan qué deberían hacer. Yo les aconsejo no dejar que la persona deprimida llegue a estar realmente aislada. Algunas personas deprimidas desean una conversación animada; es como la confirmación de un compromiso. Pero a la mayoría la interacción les resulta pesada, de modo que una buena idea es sentarse junto a ellas y guardar silencio.
Algunas personas deprimidas no pueden soportar siquiera que haya alguien más en la misma habitación que ellas. En ese caso, siéntese fuera, en la puerta. Pero no se vaya. La depresión no hace sino intensificarse en los capullos privados que tejemos en nuestro punto más bajo.”
TRES FRASES:
Sobre las cosas extrañas que nos heredó la evolución y la selección natural, y la influencia que tiene en nosotros:
David Perell, escritor y podcaster estadounidense:
“Un estudio de los años 90 mostró que las mujeres preferían los aromas de los hombres cuyo sistema inmunológico era más diferente de sus propios genes del sistema inmunológico. Desde el punto de vista evolutivo, esto tiene sentido, ya que los niños deberían estar más sanos si los genes de sus padres varían, protegiéndolos de más patógenos.”
Charles Duhigg, autor estadounidense:
“De alguna manera […] somos como los monos. Cuando vemos el pollo o las papas fritas en la mesa, nuestro cerebro comienza a anticipar esa comida, incluso si no tenemos hambre. Nuestros cerebros los anhelan. Francamente, ni siquiera me gusta este tipo de comida, pero de repente, es difícil luchar contra este impulso. Y tan pronto como lo devoro, siento esta oleada de placer cuando se satisface el antojo.”
Kristen Syme, Doctora en antropología evolutiva, Estados Unidos:
“La evolución no ha moldeado a los seres humanos para que sean perpetuamente felices o libres de dolor. Por el contrario, hemos desarrollado circuitos neuronales del dolor porque nuestros antepasados que experimentaron dolor físico en respuesta a las amenazas ambientales fueron más capaces de escapar o mitigar esas amenazas, reproduciéndose más que sus compañeros que no experimentaron dolor. Evolucionamos para experimentar el sufrimiento tanto como evolucionamos para experimentar el bienestar.”
UNA REFLEXIÓN:
¿Por qué vivimos en una sociedad machista y Patriarcal? Esto es lo que la Evolución nos dice
El sistema patriarcal y el machismo son unos de los fenómenos más siniestros y extendidos en el mundo. Supone que los hombres son superiores a las mujeres por naturaleza y por lo tanto, los derechos y beneficios que cada uno tiene deben ser distintos.
Para poner las cosas de forma directa y sin adornos, en una sociedad patriarcal ser hombre, es mejor que ser mujer. Esta creencia tiene consecuencias terribles para las mujeres: se invierte menos recursos en su educación y salud, y por lo tanto tienen menos oportunidades económicas, menos influencia política y menos libertad de decisión a lo largo de sus vidas.
Al menos desde la revolución agrícola, la mayoría de las sociedades humanas han sido sociedades patriarcales, de modo que como el machismo y el patriarcado parecen fenómenos tan universales, nos vemos obligados a preguntarnos, ¿por qué nos organizamos de esta manera?
Hay varias teorías que intentan explicar este fenómeno. Me gustaría enumerar 3 de ellas, mismas que explica el Profesor Israelí Yuval Noah Harari en su libro Sapiens: De animales a dioses.
1. Potencia Muscular
La teoría más común señala el hecho de que los hombres son más fuertes que las mujeres, y que han usado su mayor potencia física para obligar a las mujeres a someterse. Una versión más sutil de esta afirmación aduce que su fuerza permite a los hombres monopolizar tareas que exigen un trabajo manual duro, como labrar y cosechar. Esto les da el control de la producción de alimentos, que a su vez se traduce en poder político.
2. La agresión
Otra teoría explica que la [...] evolución ha hecho a los hombres mucho más violentos que las mujeres. Las mujeres pueden equipararse a los hombres en lo que a odio, codicia y maltrato se refiere, pero cuando las cosas se ponen feas, los hombres son más proclives a la violencia física y bruta.
En épocas de guerra, el control de las fuerzas armadas por parte de los hombres los ha hecho también dueños de la sociedad civil. Después usaron su control de la sociedad civil para desencadenar cada vez más guerras, y cuanto mayor era el número de guerras, mayor el control de la sociedad por los hombres.
3. Genes patriarcales
Hombres y mujeres desarrollaron por evolución diferentes estrategias de supervivencia y reproducción. Al competir los hombres entre sí por la oportunidad de inseminar a mujeres fértiles, las probabilidades de reproducción de un individuo dependían por encima de todo de su capacidad para vencer y derrotar a otros hombres.
Una mujer, en cambio, no tenía ningún problema a la hora de encontrar a un hombre que la quisiera dejar embarazada. Sin embargo, si [...] necesitaba llevar a sus hijos en sus entrañas durante nueve arduos meses, y después alimentarlos durante años. A lo largo de ese tiempo tenía pocas oportunidades de obtener comida, y necesitaba mucha ayuda. Necesitaba un hombre. Con el fin de asegurar su propia supervivencia y la de sus hijos, la mujer no tenía otra elección que aceptar las condiciones que el hombre estipulaba para conseguir que este no se alejara demasiado y asumiera parte de la carga.
El Profesor Yuval expone que cada una de estas teorías tiene puntos flacos por lo que de forma individual no puede explicar el establecimiento universal del sistema patriarcal, sin embargo si tomamos elementos de cada una de ellas si que podemos hacernos una idea de como pudo haber surgido el patriarcado y algunas de las fuerzas que se vieron involucradas en su proliferación.
Yuval expone 3 razones por las que el patriarcado alcanzó unos niveles de establecimiento universales. Hay un cuarto agente, sin embargo, que el Profesor Harari no menciona, pero que vale la pena abordar:
Los hombres disfrutan la dominación.
La dominación implica estatus y poder, y a través de ella se pueden obtener toda clase de beneficios a expensas del otro, la esclavitud, por ejemplo y quizá el más terrible de ellos: el placer sexual a través de la violación. En palabras simples, el patriarcado también fue impulsado porque históricamente los hombres han encontrado placer en la dominación y el sometimiento. Después de todo, si los hombres disfrutan de someter a otros hombres (por ej. haciendo la guerra), ¿por qué no habrían de disfrutar sometiendo a mujeres?
El conquistador Mongol Genghis Khan nos ofrece una reflexión que nos puede ayudar a disipar las dudas:
"La mayor alegría que un hombre puede conocer es conquistar a sus enemigos y llevarlos ante él. Montar sus caballos y quitarles sus posesiones. Ver los rostros de aquellos que eran cariñosos con ellos, llenos de lágrimas y tomar a sus esposas e hijas entre sus brazos”.
Pero ya sabemos que la moneda tiene dos caras, de modo que también podemos inferir que las mujeres encontraban sosiego en la protección que los hombres les proporcionaban durante sus etapas de más vulnerabilidad. En la sociedad moderna, por supuesto, este no es el caso, pero en un mundo en estado natural, cabe suponer que la protección de un hombre (o una manada de ellos) era bienvenida, no sólo para ellas, sino también para los hijos.
Hay quienes señalan que esta relación de poder no podría ser (el mismo Yuval, entre ellos). Argumentan que una mujer podría aliarse con otras mujeres para protegerse mutuamente. Si bien se trata de una observación razonable, también cabe suponer que una mujer podría no siempre está disponible para otra mujer, sobre todo cuando ambas están embarazadas. En ese caso, ambas requerirían de la protección de un hombre, que, en la mayoría de los casos y a partir de cierta edad, estará siempre disponible.
No es que las mujeres disfrutaran siendo sometidas, pero en muchos casos, era el precio que tenían que pagar a cambio de la seguridad y protección para ellas y sus hijos.
Los hombres disfrutan dominar y las mujeres biológicamente se sentían aliviadas con las sensación de seguridad que les proveía un hombre en tiempos de gestación y durante la crianza de los hijos. Y a partir de ahí, a medida que los grupos humanos pasaron de las tribus a las metrópolis de hoy, la brecha de la desigualdad se fue haciendo más grande y compleja.
Hoy, las mujeres no necesitan de un macho protector y los hombres tampoco necesitan dominar a las mujeres para mantener su estatus, pero ahí está la herencia de la evolución, como una sombra que ha sido muy dificil erradicar.
Sumergirnos en nuestro pasado, entender como surgimos en el mundo y las adaptaciones que desarrollamos para sobrevivir y prosperar, nos ayuda a comprender nuestra psicología y comportamiento actual. También nos ayuda a comprender que muchos de los comportamientos que la evolución impulsó, responden a un mundo que ya no existe, y que algunos de ellos no es que ya no sean útiles hoy, sino que, como el patriarcado (y nuestra terrible necesidad de estatus), son francamente nocivos para el mundo moderno.
Hacer este tipo de deliberaciones es muy util para adueñarnos de nuestras vidas y para construir una sociedad más justa para todos, que implique menos sufrimiento y en la que todos contemos con las mismas oportunidades para florecer y realizarnos.
Gracias por leerme. Si has encontrado algo valioso en este newsletter, compártelo con alguien a quien le servirá leerlo.
También puedes visitar nuestra página web, seguirnos en Facebook, Youtube, Instagram… Y, por favor, si este newsletter te gustó, no olvides hacer clic en el ♥︎ de más abajo, es la forma en la que recibo retroalimentación de quienes me leen.